Leticia Franco desde hace 8 años ha sido
diagnosticada una y otra vez con diversas enfermedades por sus múltiples
síntomas. Desesperada por el sufrimiento, anunció por Facebook que se haría la
eutanasia. Pero decidió vivir para ayudar a la investigación.
Cuando Leticia Franco, de 36 años, atendió la
videollamada, lo primero que hizo fue disculparse por el desorden.
Se acomodó rápidamente en la cama y estiró el cuello
para que lo pudiese ver bien.
"¿Ve esta cicatriz fea? Es del respirador que
usé el año pasado", le dice a BBC Brasil, refiriéndose a la marca que le
dejó la traqueotomía que le hicieron.
Este procedimiento consiste en hacer un orificio en
la tráquea para colocar un tubo que ayuda al aire a llegar a los pulmones.
Esta médica, oriunda de Cuiabá, capital del estado
de Mato Grosso, acababa de regresar de una de tantas internaciones a las que ha
sido sometida desde 2010 (por la Unidad de Terapia Intensiva, solamente, ya ha
pasado 34 veces).
Puede ver: ¿Es conveniente la eutanasia infantil?
El gran sufrimiento que le causa una enfermedad
crónica degenerativa la motivó a enviar, pocos días antes de que hablara con
BBC Brasil, una suerte de mensaje de despedida en las redes sociales.
"En 16 días estaré lejos, en Suiza, haciendo lo
que me dejará libre del dolor y el miedo (...). A toda mi familia, le dejo mi
más sincero amor ", escribió el 1 de marzo.
El viaje a Suiza era para consumar un suicidio
asistido en una reconocida clínica que ofrece ese servicio para pacientes
terminales que desean poner fin a su vida, una práctica que, a diferencia de
Brasil, es legal en dicho país.
El mensaje en Facebook conmovió a varias personas y
llegó al portal local O Libre.La repercusión que tuvo hizo que lo eliminase.
La decisión de poner fin a su vida, reconoce la
oftalmóloga, fue extremadamente difícil.
Franco dice que ahora suspendió el plan: la
posibilidad de que se estudie su caso y de ayudar a otras personas que tengan
la misma enfermedad la llevó a cambiar de idea.
Diagnóstico
Franco fue diagnosticado primero, hace ocho años,
como portadora de una enfermedad autoinmune llamada dermatopoliomiositis.
Las enfermedades autoinmunes son aquellas en las que
el organismo comienza a atacar a las células saludables del propio cuerpo.
En el caso de la dermatopoliomiositis, la enfermedad
ataca principalmente la piel y los músculos.
Pero la complejidad de su cuadro se debe a que,
después, recibió otro diagnóstico: Franco tenía un síndrome raro ligado al uso
de siliconas.
En su primera internación, cuando sus miembros
estaban paralizados y no podía abrir los ojos, la dejaron tres meses en el
hospital.
"Nunca había oído hablar de esa enfermedad, no
recuerdo haberla estudiado en la universidad", explica.
"Allí supe que mis músculos se estaban
muriendo. Yo corría, participaba en competencias... Mido 1,73 cm. Llegué al
hospital pesando 78 kg. Cuando me dieron de alta pesaba 43 kg".
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