"Hay dos palabras que pueden expresar los
sentimientos frente a estos horribles crímenes: vergüenza y dolor",
manifiesta el portador del Vaticano, Greg Burke. en un comunicado con
motivo de la investigación que descubrió más de 300 curas pederastas en Pensilvania.
"Las víctimas deben saber que el papa está de
su parte. Aquellos que han sufrido son su prioridad, y la Iglesia quiere
escucharlos para erradicar este trágico horror que destruye la vida de los
inocentes", también se aclaró en el escrito.
Burke, también señaló que "debería haber
asunción de responsabilidad" de los abusadores y de los que
"permitieron que se produjeran". Además agregó que la Iglesia
"debe aprender duras lecciones de su pasado".
"Los abusos descritos en el informe son
criminales y moralmente reprobables. Estos hechos han traicionado la confianza
y han robado a las víctimas su dignidad y su fe", expresó el vocero.
También, señaló que "la Santa Sede empuja a
estar en constante reforma y vigilancia en todos los niveles de la Iglesia
Católica, para garantizar la protección de los menores y de los adultos
vulnerables. Subraya también la necesidad de obedecer a la legislación civil,
incluida la obligación de denunciar los casos de abusos a menores".
Por último, Burke señaló que el papa Francisco
"comprende bien cuánto pueden sacudir la fe y el ánimo de los creyentes
estos crímenes y reitera el llamamiento a hacer todos los esfuerzos posibles
para crear un ambiente seguro para los menores y los adultos vulnerables en la
Iglesia y en toda la sociedad".
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