En dos cartas privadas filtradas este 20 de
septiembre por medios internacionales, Benedicto XVI defendió su decisión de
renunciar al pontificado así como el título de Papa Emérito que asumió desde
entonces.
Según las cartas, Benedicto XVI señaló que entiende
“el profundo dolor” que el fin de su pontificado provocó en los cardenales y en
otros católicos. Pero también advirtió que en algunos el dolor “se convirtió en
una ira que ya no solo se dirige a mí, sino a mi persona y mi pontificado como
un todo”.
Según indica el diario
alemán Bild las cartas fueron enviadas en noviembre de 2017. Aunque
este medio no identifica al “cardenal alemán” que las recibió, el diario
estadounidense The New
York Times afirma que se trata del Cardenal Walter Brandmüller.
En sus misivas, Benedicto XVI se refirió a las
críticas que ha recibido por usar el título de “Papa Emérito”. Advirtió que “de
esta manera el pontificado mismo está siendo devaluado en combinación con la
tristeza por la situación de la Iglesia hoy”.
Según Bild, Benedicto XVI defendió su decisión
escribiendo que si un cardenal conocía “una mejor forma” para su accionar, “y
por lo tanto cree que puede juzgar lo que yo decidí, entonces por favor
dígamela”.
En entrevista concedida a un diario alemán en
octubre de 2017, el Cardenal Brandmüller expresó su preocupación respecto a la
idea de un “Papa Emérito”, algo que “no existe en toda la historia de la
Iglesia”. “El hecho de que un Papa llegara y derribara una tradición de 2.000
años de antigüedad no solo nos dejó boquiabiertos a los cardenales”, agregó.
Las dos cartas privadas de Benedicto serían una
respuesta a estos comentarios. En la primera del 9 de noviembre de 2017, Joseph
Ratzinger escribió: “Usted dijo que con ‘Papa Emérito’ he creado una figura que
nunca ha existido en toda la historia de la Iglesia. Usted sabe muy bien, por
supuesto, que los Papas han abdicado, aunque muy raramente. ¿Qué fueron luego?
¿Papas Eméritos o qué otra cosa?”
Benedicto XVI también propuso el ejemplo del Papa
Pío XII, que pensó en renunciar en 1944 ante la posibilidad de que los nazis lo
arrestaran cuando ocupaban Italia. Eugenio Pacelli había considerado volver al
rango de cardenal si era capturado.
Benedicto XVI escribió que, a diferencia de la
situación de Pío XII, “ciertamente no habría sido sensato” que volviese a ser
cardenal, ya que “habría estado constantemente expuesto en los medios como lo
está uno de ellos, incluso más porque la gente me vería como el ex Papa”.
“Ya sea que hubiera sido a propósito o no, esto
podría haber tenido difíciles consecuencias, especialmente en el contexto de la
situación actual”, agregó.
Benedicto XVI también explicó que le preocupaba que,
con sus comentarios sobre el ministerio y decisiones de su eventual sucesor, se
diera la impresión de que hay dos Papas, cuando no es así.
“Con ‘Papa Emérito’ traté de crear una situación en
la que yo no soy para nada accesible a los medios y en la que queda
completamente claro quién es el único Papa”, precisó.
En la segunda carta del 23 de noviembre de 2017,
Benedicto XVI escribió que estaba preocupado por la entrevista que dio en
octubre de ese año el Cardenal Brandmüller al Frankfurter Allgemeine Zeitung.
Benedicto XVI dijo que las palabras del Cardenal
Brandmüller podrían promover el tipo de agitación que inspiró “The abdication”
(La abdicación), libro de Fabrizio Grasso en el que se afirma que tener papas
eméritos puede destruir la autoridad papal.
El Cardenal Brandmüller es uno de los cuatro
cardenales que firmaron las dubbia, un documento de septiembre de 2016 que
solicita al Papa Francisco aclarar algunas cuestiones sobre la comunión a los
divorciados en nueva unión, a partir de la exhortación apostólica Amoris
laetitia.
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