Fuente ; Telam
La pandemia del nuevo coronavirus comenzó a mostrar
una caída en la media de muertes por primera vez desde el comienzo de la crisis
en Brasil, aunque los especialistas piden cautela ante la relajación de las
medidas de distanciamiento social y la presencia masiva de turistas en las
playas.
Con más de 4,1 millones de casos y de 126.000
muertes, Brasil, el segundo país del mundo más azotado por la crisis del nuevo
coronavirus en números absolutos, inició una leve curva descendente, pero los
expertos coinciden en que todavía es pronto para hablar de una mejora
consolidada en un país con más de 210 millones de habitantes.
La media móvil de nuevas muertes por Covid-19 en
Brasil en los últimos 7 días fue de poco más de 800 decesos, lo que supone una
reducción del 17% con relación a los dos semanas anteriores, según los datos
recopilados por un consorcio de medios de comunicación que reúne diariamente
las informaciones de las secretarias regionales de Salud.
Desde el pasado 12 de agosto esa medición se situó
por debajo de 1.000, mientras que desde el 28 de agosto es inferior a 900,
datos que sugieren que Brasil podría haber comenzado una tendencia a la baja
tras meses estancado en una elevada meseta.
Según los datos del consorcio, que recogió la
agencia de noticias EFE, tan solo tres de los 27 estados brasileños se
encuentran con una tendencia en alza en el número de muertes por coronavirus -
Tocantins, Ceará y Amazonas-, mientras que en el resto, la pandemia se mantiene
estable o a la baja.
San Pablo, el estado más poblado de Brasil y que
durante meses fue el epicentro de la enfermedad, registró su cuarta semana
consecutiva con una caída en el número de muertes, un hecho hasta ahora inédito
desde la llegada del virus al país.
Pese a la disminución de decesos en todo el país, la
media móvil de casos en los últimos 7 días registró una leve alza del 3%,
aunque según un estudio publicado esta semana por el Imperial College de
Londres la tasa de transmisión en Brasil es ahora menor a 1, el nivel necesario
para que los nuevos contagios se reduzcan.
Aún con la leve mejora de los indicadores, las
autoridades han pedido no bajar la guardia, especialmente para este fin de
semana largo por el feriado del día de la Independencia, que se celebrará
mañana.
La celebración del feriado puente ha llenado los
bares de diversas capitales del país, mientras que las playas del litoral
brasileño amanecieron repletas pese al refuerzo policial instalado a fin de
impedir que se repitan las imágenes de aglomeraciones vistas en los últimos
días en diversas playas del país.
Pese a la fiscalización, las playas más emblemáticas
de Río de Janeiro, como Copacabana e Ipanema, así como las del litoral
paulista, recibieron turistas de todo el país. En Jericoacoara, un paradisíaco
y exclusivo pueblo del nordeste de Brasil, la ocupación hotelera fue del ciento
por ciento.
Los especialistas temen que la relajación de las
medidas de distanciamiento social se intensifique todavía más con la llegada
del buen tiempo, lo que podría provocar un nuevo rebote de casos y muertes
cuando el país todavía no ha dejado atrás la primera ola.
Brasil comenzó una relajación gradual a comienzos de
junio, después de cerca de dos meses y medio de cuarentena blanda y con la
pandemia todavía en alza, pero la reapertura gradual de la economía se ha
acelerado en las últimas semanas en medio de la estabilización de la crisis.
Desde el comienzo de la pandemia, Brasil acumulaba
4.137.521 casos confirmados de coronavirus (14.521 en las últimas 24 horas),
informó esta noche el Ministerio de Salud.
De ellos, 126.650 derivaron en la muerte (447 en las
últimas 24 horas) y 3.317.227 personas ya se curaron tras haberse infectado,
por lo que quedaban con la infección activa 693.644.
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