El ex presidente de la Cámara de Diputados, Emilio
Monzó, se mantiene por ahora en el "ala moderada" de Juntos por el
Cambio, abre el diálogo a nuevas figuras y construye políticamente desde la
provincia de Buenos Aires, con la mira puesta en las elecciones de 2021 o 2023.
Lejos de las diferencias que mantuvo con la entonces
gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal durante la gestión de Cambiemos y
que lo llevaron a encerrarse en su lugar como titular de la Cámara de
Diputados, en esta nueva etapa Monzó volvió formal y fácticamente al territorio
que lo vio nacer.
Así lo confirmaron a Télam fuentes de su entorno,
que aseguraron que hoy sus interlocutores son justamente los
"moderados" de la coalición opositora: Vidal; el jefe de Gobierno
porteño, Horacio Rodríguez Larreta (y referentes de su equipo); y el senador
radical Martín Lousteau.
Abiertamente alejado del PRO que conduce con mano de
hierro Patricia Bullrich, Monzó sin embargo sigue con su idea de siempre de
ampliar con nuevos dirigentes y fuerzas un espacio opositor, que visualiza como
algo más amplio que el que hoy constituye Juntos por el Cambio.
En ese marco, dialoga con dirigentes como la titular
del GEN, Margarita Stolbizer; el intendente de Rosario, Pablo Javkin; y el
salteño Juan Manuel Urtubey.
Monzó no está solo en esta tarea y el exministro del
Interior del macrismo, Rogelio Frigerio, comparte con el mano a mano este
espacio.
Con ellos se alinean dirigentes que crecieron bajo
el ala de ambos, como Sebastián García de Luca, Nicolás Massot, Domingo Amaya,
Juan Aicega, Humberto Orrego, Gabriel Frizza, Federico Frigerio, y Gustavo
Hein, entre otros.
De lleno metido en su regreso, en las últimas horas
volvió a hacer declaraciones como una señal de su decisión.
Entre sus frases que causaron más revuelo, aceptó
que le gustaría ser gobernador de la Provincia, sostuvo que "Cambiemos no
estaba preparado para gobernar" en 2015 y consideró que "Cristina
(Kirchner) y (Mauricio) Macri tienen que ser una etapa terminada" para
lograr un "recambio generacional definitivo".
Monzó dijo, en ese sentido, que trabaja para
"parir una nueva conducción" opositora conformada por dirigentes
moderados, que incluya peronistas y más fuerzas que las que hoy integran JXC.
"Acá hay que armar un equipo con volumen
político para gobernar, no armar un rejunte como hicimos la otra vez", fue
otra de sus definiciones.
Además, el extitular de la Cámara baja hizo una
encendida defensa de la "mesura", a la que definió como "una
actitud de vida", algo que le reprochan desde su lado y consideró que
"la grieta la generan principalmente por la incapacidad de afrontar los
problemas de Argentina".
Pero lo que le traerá más enemigos seguramente sea
su reconocimiento de que buscará ser gobernador bonaerense.
Con una larga lista de intendentes experimentados
esperando pista hace años (quienes en 2015 tuvieron que aceptar el desembarco
de la porteña Vidal en su territorio), su confesión ya le trajo críticas.
Hoy, el intendente de Vicente López, Jorge Macri, le
respondió en declaraciones al canal América que "tiene desde hace tiempo
la voluntad de generar conflicto y dividir" a JXC.
"Yo no siento que Emilio Monzó sea parte de
nuestro espacio político", le reprochó Macri, que además preside el PRO
bonaerense. Y le recordó que sus diputados "rompieron el bloque y tienen
uno distinto", más permeable a tejer acuerdos con el oficialismo.
Mientras el río suena, Monzó, Frigerio y su grupo
siguen navegando en las aguas del borde de la alianza opositora, esperando
marea favorable.
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