“Rompo el silencio
para compartir con ustedes mi inquietud sobre la dolorosa y delicada
circunstancia que atraviesa la República Argentina”, dice Mauricio Macri en el
documento en el que acusa a las “autoridades al frente del Poder Ejecutivo
Nacional” de estar “desplegando una serie de medidas que consisten en el ataque
sistemático y permanente a nuestra Constitución”.
“Para poder
gobernar sin límites, violentan la Ley Fundamental de la Nación”, acusa Macri,
para quien “el rumbo que ha tomado el país deja al descubierto la intención del
Gobierno de establecer un Nuevo Contrato Social en la Argentina con principios
dominantes inéditos”.
Esos principios
inéditos son: la vulneración del “equilibrio de los poderes del Estado”, porque
“no se respetan los reglamentos de las cámaras del Congreso Nacional”; la
pretensión de “condicionar al Poder Judicial con una reforma”; y el
debilitamiento de “los organismos de control existentes en la órbita del
Estado”.
“Retrocede el
federalismo en la Argentina -denuncia el ex presidente-, porque el oficialismo
condiciona a los gobernadores de las provincias cualquiera sea su signo
político y los extorsiona con el envío de los fondos necesarios (...), lo que
fue coronado con la reciente e indignante presión al Jefe de Gobierno de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.
En el texto -en
forma de columna en el diario La Nación, con el título “Para defender el
presente y para ganar el futuro”- Mauricio Macri denuncia también que “la
seguridad jurídica desfallece ante un poder que atrasa y que solo cree en modelos
arcaicos, prescindiendo de todas las oportunidades para el crecimiento y el
desarrollo de nuestro país que están donde habitan las grandes naciones del
mundo”.
“Cede el respeto a
nuestras libertades individuales”, sigue diciendo, porque “la libertad de
expresión es una institución democrática peligrosa para un gobierno
personalista”.
El ex presidente
también cuestiona duramente las medidas tomadas por el Gobierno nacional en el
marco de la pandemia: “Se utilizan las restricciones sanitarias para impedir la
libre circulación de las personas”.
En su opinión, “lo
que se busca es el control social y evitar que los ciudadanos manifiesten su
disconformidad” con medidas perjudiciales “a amplios sectores de una sociedad
exhausta”.
“No se puede
producir ni trabajar para llevar el pan a la mesa de las familias argentinas,
porque la idea es avasallar a la clase media para conseguir clientes
dependientes del favor del Estado para poder sobrevivir”, afirma Macri. Más
aun, asegura que “no se reconocen los derechos básicos de los ciudadanos para
que cada uno proyecte su vida como quiera hacerlo, porque es el Estado el que
aspira a decidir por nosotros; pretende nivelar para abajo”.
“El Gobierno atenta
contra las bases éticas y económicas de una sociedad que aspira a ser libre”
y “donde el rol de las instituciones sea el pilar fundamental para el avance de
la Argentina hacia un país moderno y civilizado”, continúa apuntando.
Macri introduce de
todos modos una nota de esperanza, al afirmar que sigue creyendo “en la capacidad
de nuestro pueblo para superar sus dificultades, porque estoy convencido que
esta sociedad ha madurado”.
“Ya no tolera el
atropello a las instituciones, la corrupción de los funcionarios, el delito en
ninguna forma, la injusticia, la inseguridad, la impunidad, la violencia, la
prepotencia y la anomia”, desgrana.
Y concluye: “El
insistente y vertiginoso accionar del ‘vamos por todo’, extravía el rumbo de la
Nación: hay que ir por el camino que la Constitución manda. Y para defender la
Constitución ninguno de nosotros va a dejar de estar, hoy y siempre. Estamos a
tiempo. Para defender el presente y para ganar el futuro”.
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